Por Manuel Forno Castro Pozo
En este discurso me voy a permitir hablar desde lo femenino por dos razones:
Primero desde lo político, en tanto que, lo femenino desde lo masculino ha sido y será siendo una transgresión que el sistema patriarcal y capitalista ha querido anular y que aún hoy sigue invisibilizando.
Segundo, porque en esa misma línea para la década de los 70´s la forma en que nos comunicábamos coloquialmente entre hombres homosexuales era en femenino, aún hoy me sigo comunicando de esa forma.
- 1953, sietemesina, cusqueña, “la amasigadita de la familia” se notaba que era la oveja arcoiris y la serranita de la familia.
- La mayor de seis, hermana de Xennia, Aldo, Danny, Roxana, Angelo
- Tía de Rodrigo, Ricardito, Giuliana, Brunella, Nicolás, Isabella, Mariana, Joaquín, Juan Diego, Luis Guillermo, Sebastián, María José y María Gracia.
- Nieta de Hildebrando Castro Pozo, prima de Carola Urteaga, mi gran amiga y compañera
- Los veranos, entre Pucusana y Punta Negra, la mejor época.
- 1966, inicio de la secundaria y mi primer acercamiento a la violencia por ser la otra y no calzar en el estándar de lo normal en el colegio
- 1968, Intento de abuso sexual, ir al colegio era como ir al matadero, la culpa que me provocó ese episodio violento a nivel psíquico y corporal me marco para siempre, La culpa ya estaba instalada en mi cerebro y cuerpo.
Esta experiencia me hizo Desconfiada, hasta de mí misma, no iba a fiestas, paseos, ni me quedaba a dormir en la casa de mis compañeros.
1970 Quinto de secundaria, me rompieron la boca, fumé yerba, sentí que mi cabeza se llenaba de algodones, me relajó, fue una buena experiencia.
Con “Lisa La muchacha de los ojos azules”, aprendí a conocer el deseo, la pasión y el placer con otro hombre, doloroso, pero identificando claramente que ese era el camino.
1972, la única promoción de la Agraria de ese año. Busco contactarme con compañeros Marxistas, Leninistas, pensamiento Mao Tse Tung, quiero que en el mundo todos sean iguales. Viva la lucha del proletariado.
La realidad era otra, yo no estaba incluida, mis compañeros podían expresar sus experiencias de vida con compañeras, y luego estaban las demás (mujeres, gays, hombres y mujeres trans, lesbianas, etc, etc) entré en trompo. Me fui construyendo en soledad, en reflexión constante Yo muda.
Ser diferente era una preocupación y una opresión constante sobre mí. Me estaba “autoflajelando.” No quería ser diferente, quería pasar desapercibido, pero “felizmente” fue imposible lograrlo. Conocí el placer, la pasión, el amor de otros hacia mí. Todavía tenía vergüenza de mostrarlo. Era Closet, Dejé de contar los hombres en mi vida cuando pasaron los 10 dedos de mis manos
Hice tríos, estuve borracha muchas veces, probé el polvo de los dioses y me gustó. Empecé a construir y consumir argumentos, olores, texturas pieles, cuerpos, todo sobre “nuestro mundo marginal.” Se conoció la Peste Rosa, otro atributo descalificador, estigmatizante, y prejuicioso, que hasta hoy se cierne sobre nosotras.
En 1982 decidí ser un payaso al incorporarme a Magia teatro de grupo fue duro, aprender a ser libre en un escenario, mostrar, mis virtudes, limitaciones, miedos, angustias y opresiones, pude tomar el espacio, transmitir energía, ser tal cual soy, a través de los personajes, empecé a mirar el cemento y el asfalto como una forma de encontrar a tus iguales, deslindar definitivamente con Sendero Luminoso en la Muestra Regional de Teatro Peruano. Validar de una vez por todas que “todas” no somos iguales, sino diferentes, diversas, únicas, pero que estamos mejor cuando nos desenvolvemos en grupo, colectividades, agrupaciones. “Mariconas del mundo UNÍOS”
Entre fines de los 80´s e inicios de 90´s se inició mi cercanía con Thanatos, recordando a mis amigas Hugo, Beto, Pipo, Mario F, Mario D, José Carlos, Pietro, Miguel Angel, Santiago, y muchos otros más, la desconfianza, el miedo, la duda perpetua se acrecentaron. Tendré o no tendré.
Con varios amores y pasiones a cuestas, me integro a este mundo reflexivo, se confabulan mi mundo personal con el comunitario para decir lo que pienso, y no callarme la boca, reconocer lo fundamental de las organizaciones comunitarias, la importancia del feminismo, de las relaciones de género, identificar, lo machirulo que tienes dentro de ti, de entregarte con todo para sentirte bien, la importancia de darse el tiempo de amar, compartir, desear y tener placer. Se inicia una nueva etapa de mi vida y hoy luego de casi 25 años, desde que lo vi, la historia continúa, con las mismas ganas de construir juntos, ser yo, ser tú. Martín eres mi hombre.
También agradezco a Isbelia por salvarme la vida el 12 de noviembre del 2018, fui parte de la sororidad femenina, que muchas veces los “hombres” no tenemos.
Por último estoy seguro que la psicoterapia es un privilegio, que me acompañapara luchar contra mis culpas heredadas y transmitidas por el sistema patriarcal, colonial y capitalista. Temores, entrampes y nudos personales que están dentro de nuestro cuerpo. Amar a un hombre, vivir con él, sentirte bien, tener orgullo, gozar nuestras cuerpas, tener placer y mostrarte tal cual eres.
Por lo que, nuevamente me reafirmo en “La lucha continua hasta la victoria final.”
*Discurso leído por Manuel Forno en el reconocimiento que le hizo el 16to Outfest.