por Arturo Dávila Zelada
La Eddie es una editorial feminista, que nace desde una urgencia, desde la necesidad de buscar plataformas para contenidos propios y de otres compañeres. La Eddie es compa y está co-creada por dos compas feministas, Ale y Cristina, quienes se organizan y confabulan proyectos en reuniones presenciales a través de consensos y diálogo. Ella y elle comentan que, en la mayoría de circuitos independientes no encontraban muchas propuestas que usen el arte como plataforma política, como un disparador para cuestionar paradigmas establecidos.
Como proyecto se dirigen, sobre todo, a las mujeres en toda su diversidad y las disidencias, siendo conscientes también que hay multiplicidad de otras categorías que intersectan estos grupos, como la
raza, la clase, las capacidades, etc. Ella y elle buscan también que se convierta en una plataforma para difundir propuestas de mujeres, transmasculinidades, diversidades trans no binarias, travestis
y otras disidencias con un enfoque interdisciplinario, participativo, cuestionador y lúdico en el mundo
editorial.
La Eddie es feminista, es independiente y es crítica. La Eddie se suma a la lucha como un altavoz, sus publicaciones son también denuncias, elaboradas desde el arte y la organización de la rabia. Hasta ahora han publicado dos proyectos. La primera publicación se llama ¿Qué hace una chica como tú en un lugar como este?, que nace de un proceso de reflexión e investigación sobre la cultura de la violación, la cual recientemente por el contexto del COVID-19, ha sido liberada en versión digital. La segunda publicación
se llama TRANSitar Lima, mapas de violencia transfóbica, basada en una investigación de Ale sobre una visualidad de la transfobia a partir de testimonios de personas trans y no binaries de Lima.
«La Eddie nos ha enseñado que las soluciones se encuentran muchas veces en el camino», dice Ale. Una de las principales dificultades para continuar, es no poder hacer de esta una actividad principal, tomando en cuenta que el contexto actual de las artes y la cultura es uno de los más desestimados en el país. La Eddie tuvo su baby shower, como primer evento para celebrar su llegada, y otros dos eventos pro-fondos
que buscaban recaudar lo necesario para realizar sus publicaciones. Trabajan desde la autogestión y también realizan trueques con otros proyectos editoriales pues le es importante que haya un intercambio.
Tanto Ale como Cristina son conscientes que la autogestión como única forma de ingresos también les limita y condiciona, pero han aprendido a darle la vuelta a estas limitantes y a encontrar soluciones para adaptarse en el proceso. «Creo que una de las cosas más bonitas de este trabajo es el haber conocido y colaborado con muchas personas con proyectos y apuestas enriquecedoras», dice Ale al comentar que han formado alianzas y entablado vínculos con dos propuestas fanzineras internacionales. Actualmente, ella y elle tienen en la mira colaborar con proyectos relacionados a infancias libres y también una propuesta de trabajar en relación con la salud mental.
Apostar por nuevos espacios, como La Eddie, nos permite intervenir espacios explorando otras formas de acción, criticando, denunciando, rompiendo el clic y apropiándonos de estos. Aquí se está formando un medio, que termina siendo un ejercicio consciente de enunciar violencias y vivencias desde nuestras
voces. Iniciativas como esta se convierten en motor para encender nuevos proyectos, intervenir desde el arte en la organización de nuestra rabia, formar alianzas y generar redes. «No lo podemos hacer todo soles, tejer redes y buscar la colaboración en espacios seguros es algo muy importante», comenta Ale
recordando que acercarnos es la mejor manera de hacer fuerza y entender que no estamos soles.
*Artículo publicado en el número 9 (abril 2020) de la revista Crónicas de la Diversidad (aquí completa)