Por Julio Lossio Quichiz
En el Conversatorio Orgullo y Prejuicio, que organizó el Festival de Cine de Lima, planteamos el tema de los premios a las películas con temas y personajes LGTB+. Vemos que en los principales Festivales en Europa se entregan estos premios: en Cannes está el Queer Palm, en Berlín está el Teddy Bear, en Venecia el Queer Lion, en San Sebastián el Sebastiane. Pero en América Latina no ocurre eso; salvo en el Festival de Guadalajara en donde se entrega el Premio Maguey, en los principales Festivales de Cine latinoamericanos no hay un premio así. ¿Por qué ocurre eso? ¿Son importantes los premios o no lo son?
En el siguiente video (a partir del minuto 13:33) se pueden ver las respuestas que dan los panelistas a estas preguntas.
Fernando Perez, Director cubano que presentó la película «Insumisas» en el Festival de cine de Lima, señala que en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana no hay un premio pero sí hay una sección dedicada al cine LGTB+
Antonio Zirión, programador mexicano del Festival Ambulante que trajo la película «Cassandro El Exótico», nos dice (minuto 14:46) que los premios pueden ser importantes en un primer momento «a manera de bandera, de reivindicación, para visibilizar más este tipo de producciones», pero que idealmente, en un segundo momento deberían desaparecer, porque establecer cupos puede ser también discriminatorio.
Joanna Reposi, Directora chilena del documental «Lemebel», hace la comparación (minuto 15:43) con las cuotas de género, que entiende son necesarias para «instalar el tema». Pero los premios por categorías le generan contradicciones y los Festivales de películas de mujeres, feministas, le generan conflictos porque «las películas están por sobre la categorización; es como cuando hablamos de la sexualidad también, por qué tengo que decirla, mi sexualidad es privada» señala. Para ella los premios deben ser más transversales. Está de acuerdo con la visibilización en una primera instancia pero luego hay que competir por igual con las demás películas.
Gabriela Yepes, miembro este año del Comité de Selección del Festival de Lima y moderadora de este conversatorio, señala (17:04) que ella tampoco está de acuerdo con que exista una categoría «Cine de Mujeres» pero que entiende su utilidad, entiende que «es un paso previo para que eso deje de existir».
Más adelante en el conversatorio Gabriela Yepes diría que solicitará que se otorgue un premio a las películas LGTB/Feministas (ver a partir del minuto 1:28:24 aquí).
Luego del conversatorio pudimos hablar más con Antonio Zirión y nos amplió su perspectiva de la importancia de tener premios a las películas LGTB en un primer momento, (ver a partir del minuto 23:43 en el siguiente video)
Dice Antonio Zirión (Antropólogo doctorado en Ciencias Sociales y Humanidades) que históricamente ha habido una sub representación de la comunidad LGTB y esto requiere medidas compensatorias que permita resarcir o revertir esta invisibilidad relativa que ha padecido.
Otra cosa importante que señala Zirión es la necesidad de que un mundo tan complejo y tan variado no sea solo visto a través de las miradas de unos pocos hombres blancos anglosajones (heterosexuales cisgénero añadiría yo) sino que esta deba ser una mirada más diversificada.
¿Cómo puede hacer un Festival de Cine para tener esa mirada diversificada? ¿Es importante que haya presencia LGTB en el personal de los Festivales para poder tener esa mirada? Nos dice (a partir del minuto 27:53) que sí, aunque no es estrictamente necesario porque cree que todos podemos ser sensibles e incluyentes, pero sí favorece que haya una diversidad cultural, sexual y genérica, así como hay una diversidad de gustos, de intereses y de disciplinas. En el caso del Festival Ambulante hay una fuerte presencia LGTB en su personal y esto favorece que haya una sensibilidad especial, un gusto por estas miradas, por narrativas diferentes, por temáticas alternativas, novedosas y eso es parte, nos dice, del espíritu de Ambulante, es lo que ha distinguido a Ambulante de otros Festivales. «Yo recomendaría» termina Antonio Zirión «que al interior de los equipos organizadores de los Festivales de Cine hubiera mayor diversidad».
…
Es claro que el cine tiene un impacto en las personas, en la sociedad. Podemos dudar del nivel de ese impacto pero no podemos dudar que el cine influye y contribuye. Y en un país como el Perú, en donde tenemos una de las legislaciones más atrasadas de América Latina con respecto a los derechos LGTB+, en donde hay personas que tienen que abandonar sus estudios y donde no pueden encontrar trabajo por sus diferencias, que son asesinadas por su orientación sexual y por su identidad de género diversa, un festival tan influyente como el Festival de Cine de Lima no puede estar ajeno a esta realidad.
Este año el Festival nos ha dado muestras de su intención para dar una mirada inclusiva y diversa. Hemos felicitado eso. Pero esperamos que no se quede ahí. Hay algunas pocas cosas más que puede hacer. Una de ellas es ser más diverso. ¿Cuántas personas trans trabajan para el Festival? ¿Cuántas personas abiertamente LGTB? Esto enriquecería más la mirada del mundo complejo que nos presentan a través de las películas cada año.
Una segunda cosa que pueden hacer es aceptar las propuestas que existen de otorgar premios a las películas que reflejen esa diversidad en sus personajes y en sus temas (lo de otorgar premios a realizadores LGTB es algo más complicado y no es parte de ninguna propuesta). Esto de ninguna manera afectaría la calidad del Festival porque son premios a películas ya seleccionadas por el Comité de Selección.
Este año el Festival nos ha permitido hablar de todo esto, ha sido un gran avance. Esperemos que el próximo año nos podamos sentir por fin que estamos verdaderamente representados.