Por Jorge Alberto Chávez Reyes
La discriminación nunca está bien, y ni las más nobles intenciones pueden justificarla. Hay que recordar esto al leer la decisión del Tribunal de Arbitraje Deportivo (CAS) sobre la corredora sudafricana Caster Semenya.
El CAS decidió el miércoles 1 de mayo que las reglas internacionales de pista, supuestamente diseñadas para reducir los niveles naturalmente altos de testosterona en algunas corredoras «son discriminatorias». Y el CAS tiene toda la razón.
Desafortunadamente, el CAS no se detuvo ahí. Continuó diciendo que si bien le preocupaba cómo la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés) implementaría estas reglas, las reglas eran «un medio necesario, razonable y proporcionado para lograr el objetivo legítimo de asegurar una competencia justa en los eventos de atletismo femenino”,
En otras palabras, la discriminación es incorrecta, a menos que se use contra mujeres como Semenya.
Se cree que Semenya, dos veces campeona olímpica en los 800 metros es intersexual. Ella no eligió esta condición, como tampoco Michael Phelps eligió su excesivamente amplia envergadura ni Usain Bolt eligió sus piernas considerablemente largas. Ser intersexual y tener de forma natural altos niveles de testosterona en su sangre es una parte tan importante de la composición biológica de Semenya como el color de sus ojos, piel y cabello.
¿Se imaginan excluir a Phelps de los Juegos Olímpicos porque sus manos y pies eran demasiado grandes y sus brazos demasiado largos? Si el equipo de baloncesto masculino de Senegal se clasifica para los Juegos de Verano 2020 en Tokio, ¿debemos decirle a Tacko Fall que no es elegible porque, con 2.28 m de estatura, se alzará “demasiado” sobre sus competidores y será demasiado difícil bloquearlo? ¿Qué pasa con los gimnastas que tienen doble articulación, lo que les facilita hacer algunos ejercicios en las barras paralelas y desiguales?
No podemos aplaudir las ventajas biológicas que tienen algunos atletas, mientras penalizamos las de otros. Cada cuerpo es diferente, y tratar de analizar qué es aceptable y qué no, qué porcentaje de éxito se debe a la genética y qué porcentaje al entrenamiento, nutrición y determinación, nos llevará por un camino peligroso.
Con información de: USA TODAY https://www.usatoday.com/story/sports/columnist/nancy-armour/2019/05/01/olympics-caster-semenya-ruling-sets-dangerous-standard-athletes/3639467002/