por Julio Lossio Quichiz
Hoy fue la premiación del Sebastiane, el premio otorgado por la Asociación GEHITU a la producción que mejor refleja la diversidad sexual y de género que se haya presentado en alguna de las diferentes secciones del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
El ganador fue «Monos» de Alejandro Landes, una producción colombiana que recientemente fue elegida para representar a su país en los Oscar y en los Goya. Monos es la historia de Rambo (Sofía Buenaventura), un chico transgénero que es parte de una banda de guerrilleros adolescentes, encargados del cuidado de una rehén en la selva, a los que una serie de circunstancias los obliga a tomar decisiones morales por las que luego se dividen y se enfrentan.
El premio Sebastiane ha cumplido 20 años con esta premiación. Hace 7 años, el 2013, se crea el Sebastiane Latino para reconocer las películas producidas en América Latina con temática LGTBIQ. Una decisión interesante que ya vislumbraba la importancia del cine latinoamericano en este tipo de producciones.
Este año el Sebastiane Latino fue para «Temblores» del director guatemalteco Jayro Bustamante, sobre las terapias de reorientación sexual animadas por la iglesia. Un tema bastante actual por nuestros lares en donde la iglesia evangélica, arremetiendo contra todo razonamiento, ciencia y derecho ganado, se encuentra promoviendo una campaña internacional para decir que estamos enfermos y que debemos curarnos (recordarán al pastor Rosas llevando a un sicólogo al Congreso para hablar sobre terapias de curación).
Desde la creación del Premio Sebastiane Latino en el 2013, es la primera vez que el Premio Sebastiane se entrega a una película Latinoamericana. Esto demuestra la fuerza de estas producciones. Más aún si añadimos que de los 4 Festivales de Cine más importantes en Europa (Cannes, Berlín, Venecia y San Sebastián) en las premiaciones LGTBIQ de 3 de ellos han ganado películas de América Latina este año: «Lemebel» ganó el Teddy Bear en Berlín y «El Príncipe» ganó el Queer Lion en Venecia.
Cannes se ha mostrado reticente a reconocer el trabajo latinoamericano. En los 10 años que tiene el premio (fue la última en crear su premio LGTBIQ, la primera fue Berlín en 1987, el Sebastiane se creó el 2000, el Queer Lion de Venecia el 2007 y la Queer Palm el 2010) solo han ganado películas europeas, de Estados Unidos, de Canadá y de Sudáfrica.
El triunfo este año de estas 4 películas latinoamericanas son la respuesta a través del arte a ese avance de los negocios religiosos que, aliados a sectores políticos conservadores que quieren ganarse fácilmente a los votantes obedientes provenientes de estas iglesias, intentan volver a meternos en el closet. Eso no va a ocurrir. A más homofobia, más arte y cultura LGTBIQ para todes.
Aquí las fotos de la premiación de esta noche en la Galería Kur en San Sebastián en donde estuvo presente el alcalde de la ciudad.
El alcalde es el primero de la izquierda. Con el premio está el distribuidor de la película que la recibió en representación de los productores.